La educación virtual ha comenzado a ser popular durante los últimos años, más aún, tras la famosa pandemia ocasionada por el Covid-19 que prácticamente obligó a muchos centros educativos escolares, de pregrado y posgrado a darse una oportunidad con la virtualidad. La imposibilidad de salir de casa, pero la necesidad de seguir aprendiendo, hizo que muchos establecimientos opten por brindar una enseñanza virtual la cual, a pesar de su poca experiencia, supo cumplir sus objetivos. Todo esto, se dio alrededor del mundo, y parecía que funcionaba de lo mejor, tanto así, que muchas de estas instituciones optaron por tener la virtualidad como una nueva modalidad de estudio. Sin embargo, en países como Bolivia, la realidad fue otra.
Si bien en Bolivia también se tuvo clases virtuales, lo cierto es que no fueron tan exitosas como en otros países. Esto se debe a muchos aspectos diferentes que afectan al país. A continuación, te contamos un poco más a profundidad sobre cada uno de ellos.
Bolivia un país poco tecnológico
Probablemente uno de los puntos que más afectaron el proceso de la virtualidad fue el tema de la tecnología en Bolivia. Claramente, al ser un país en vías de desarrollo, no cuenta con las tecnologías avanzadas con las que cuentan muchos otros países, pero más allá de eso, no cuenta con una población que haya sido educada en estas mismas tecnologías. Esto hace, que el momento en el que se dictaron las clases virtuales, existía una gran cantidad de personas que ni siquiera sabían utilizar plataformas como Google Meet, Classroom, etc. Sin duda, esto hizo que existan muchos baches durante el proceso, ya que, si bien se quería llegar a todos los estudiantes, esto se hacía casi imposible.
Además, otro punto a resaltar es que no solo se trataba de un bajo conocimiento respecto a las tecnologías, sino que también existía una gran parte de la población la cual no contaba con los dispositivos electrónicos necesarios para poder conectarse a las clases virtuales. Claramente, este fue de los puntos más complicados de regular, ya que era casi imposible reconocer que sectores carecían de estas tecnologías. Por otro lado, otro de los puntos que impedía una buena educación virtual era el tema de la conectividad a internet. Para nadie es un secreto que Bolivia no cuenta con la mejor red de internet del mundo, por lo que en ocasiones cuando se trataba de lugares alejados, el conseguir una buena señal, o si quiera lo suficientemente estable como para pasar una clase era casi imposible.
Todo esto, hizo que las clases virtuales se conviertan en una pesadilla más que en una forma de continuar manteniendo el ritmo académico. Además, es importante destacar que esto ocurría tanto en entidades particulares como fiscales. Si bien la mayoría de casos se daba en zonas alejadas o en personas de clase baja, los otros sectores no eran excluidos del todo, ya que la realidad nos dice que, en términos generales, Bolivia aún se encuentra muy atrasada en aspectos de tecnología y conectividad.
La alfabetización dentro del país
Sin duda otro punto que marcó el proceso de educación virtual fue el tema de la alfabetización. Si bien durante años se hablaba de que todas las personas del país sabían leer y escribir, la virtualidad nos ha enseñado que no es así. Esto debido a que, en muchos sectores rurales, los padres no eran capaces de ayudar a sus hijos en las tareas o en los esquemas de aprendizaje no por falta de voluntad, sino por falta de herramientas. Muchos expertos señalaron que los padres al no saber leer ni escribir, se veían limitados a ayudar a sus hijos. Claramente, esto era diferente cuando los niños iban al colegio, ya que de una u otra forma recibían ayuda, sin embargo, el no tener el apoyo constante de los maestros y depender de los padres hizo que su nivel académico baje de manera notaria.
Por otro lado, Bolivia también es un país que no tiene la famosa alfabetización digital. Como dijimos anteriormente, al ser un país que aún cuenta con demasiadas carencias, aún no se ha enfocado a digitalizarse por completo, lo que lleva no solo a no contar con las últimas tecnologías, sino a que la mayoría de los ciudadanos tampoco cuenten con las herramientas necesarias para poder manejar dichas tecnologías. Sin duda, el hecho de que aún falte mucha educación digital, hizo que la virtualidad más que una forma de sobrellevar la cuarentena y no quedarse retrasado sea una nueva forma de estrés, ya que los usuarios, debían enfrentarse a algo completamente nuevo.
Todo esto que te hemos contado, hizo que la virtualidad sea prácticamente imposible dentro del país, y que incluso al día de hoy, cuatro años después, el tema de las clases virtuales ha quedado en el olvido ya que, en vez de brindar una practicidad, ha sido centro de muchas falencias. Sin duda, probablemente el tiempo hará que poco a poco Bolivia se convierta en un país algo más tecnológico, sin embargo, también es necesario ser conscientes que es un proceso que puede ser largo, además, se debe tomar en cuenta que al ser un país en vías de desarrollo y con altos índices de pobreza, existen otro tipo de prioridades que están por encima de enseñar sobre nuevas tecnologías, por lo que probablemente el acercarnos a países vecinos pueda llevarnos algunos años más.